¡NO PUEDO DORMIR!

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7/2/20242 min read

Dormir, mejora nuestra calidad de vida porque no solo es importante vivir, sino también vivir bien.

Un buen descanso es indispensable para mantener un buen estado físico y mental. En nuestra sociedad, donde llevamos un ritmo de vida muy acelerado, el descanso se vuelve cada vez más importante. Existe una relación bidireccional entre la calidad del sueño y nuestra salud: nuestra salud influye en nuestra calidad del sueño, y viceversa. Sin embargo, ¿cuántas veces hemos escuchado o incluso utilizado frases como las siguientes?

  • "Llevo días sin pegar ojo."

  • "Me cuesta mucho conciliar el sueño."

  • "Me siento tremendamente cansado; últimamente duermo muy mal, como si me hubiera atropellado un camión."

  • "Ya no recuerdo la última vez que dormí bien."

Los trastornos del sueño son muy frecuentes. Un 30% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno del sueño, siendo más comunes entre los ancianos, mujeres y personas con diagnósticos psicopatológicos previos. Dentro de estos trastornos, el insomnio es el más frecuente, afectando entre el 10% y el 15% de la población mundial, lo que significa que una de cada diez personas podría ser diagnosticada con insomnio. La mayoría de los casos de insomnio se manifiestan en situaciones de estrés, problemas financieros, familiares, o cambios vitales importantes como la jubilación o la viudez. El insomnio tiende a cronificarse en el 60% de los casos, pero esta cronificación se puede evitar si se busca ayuda a tiempo.

El insomnio también está asociado al aumento de la edad. A medida que envejecemos, nuestro sueño se vuelve más fragmentado y superficial, y el tiempo de la fase REM del sueño disminuye.

Como sociedad, convivimos con el insomnio y muchos lo han llegado a normalizar. Sin embargo, el coste social asociado al insomnio es alarmante. El insomnio aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y está asociado a complicaciones como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. El estrés asociado al insomnio debilita nuestro sistema inmunitario y aumenta el riesgo de padecer depresión, ansiedad e incluso eleva el riesgo suicida. El insomnio no tratado conduce a una mayor necesidad de atención médica y trae consigo mayores complicaciones. Por ello, es importante no normalizar esta situación, a pesar de que es bastante común.

En España, más de 4 millones de adultos sufren insomnio crónico. Estas cifras no son menores. Un tratamiento adecuado contra el insomnio no solo podría prevenir estas situaciones, sino que podría actuar eficazmente sobre los síntomas del insomnio y mejorar la salud mental, reduciendo la sintomatología clínica y subclínica en la población general y mejorando nuestra calidad de vida. Porque no solo es importante vivir, sino también vivir bien.

¿Qué entendemos por insomnio?

En ocasiones usamos este término con demasiada facilidad. ¿Cuándo podemos hablar realmente de insomnio?

En primer lugar, hablamos de insomnio cuando hay dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido, lo que resulta en una disminución de la cantidad y calidad del sueño. Algunas personas pueden estar bien durmiendo 6 horas, mientras que otras necesitan 8 o 9 horas. La cantidad de sueño debe ser suficiente para que este tenga un efecto reparador.

En segundo lugar, estas dificultades para conciliar el sueño, los despertares continuos durante la noche o el despertar precoz deben presentarse al menos tres noches por semana durante al menos cuatro semanas.

En tercer lugar, el insomnio debe afectar nuestra capacidad para funcionar con normalidad en el entorno laboral, académico y en la vida cotidiana. La persona afectada se siente cansada y somnolienta durante el día, experimenta dificultades de concentración, atención y memoria, y puede sentirse más irascible e irritable.

En cuarto lugar, es importante que estas dificultades para dormir no se deban a ninguna causa física o médica, o a un trastorno psicológico diagnosticado previamente, como dolor crónico, demencia, hipertiroidismo, consumo de drogas o esquizofrenia, ni a efectos secundarios de alguna medicación.

No hablamos de insomnio cuando sufrimos desajustes puntuales debidos al cambio de horario estacional, cambios en el turno laboral, el calor del verano, o molestias causadas por ruidos externos. La incapacidad para dormir y dormir bien debe ser recurrente y debe interferir en nuestra vida diaria.

Entonces, ¿qué puedo hacer si sufro de insomnio?

Si sufres de insomnio, es importante buscar ayuda profesional. Un médico o un especialista en sueño puede evaluar tu situación y recomendarte el tratamiento adecuado, que puede incluir cambios en los hábitos de sueño, terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I), y en algunos casos, medicación. Además, es fundamental mantener una buena higiene del sueño: establecer una rutina regular para dormir, crear un ambiente propicio para el descanso, evitar el consumo de cafeína y alcohol antes de dormir, y limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse.

Recuerda, no es normal vivir con insomnio y hay formas efectivas de tratarlo. Tu salud y bienestar merecen la mejor calidad de sueño posible.


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